La empresa, que en su día fue el epítome de la ambición corporativa, planea dividirse en tres compañías distintas.

Era la empresa estadounidense por excelencia, un gigante corporativo cuya ambición coincidía con la del país.

Creada en 1892, General Electric llegó a casi todos los hogares durante el siglo siguiente. Vendía bombillas, televisores y lavadoras. Sus motores a reacción facilitaron los viajes de larga distancia, sus generadores iluminaron las casas y sus equipos médicos ayudaron a diagnosticar a los pacientes.

Ahora, G.E. está rompiendo definitivamente con su histórico pasado, dividiéndose en tres empresas, víctima de los efectos persistentes de la crisis financiera de 2008 y de una economía en rápido crecimiento menos hospitalaria con los conglomerados globales.

Esta semana, la empresa dijo que escindiría su división de salud a principios de 2023 y sus negocios de energía un año después. Esto dejaría su unidad de aviación como su negocio restante.