Para los seres humanos tener motivación para hacer alguna cosa es importante y aunque algunos tienen el apoyo y su familia cree en ellos, otros tienen que arreglárselas solos y motivarse ellos mismos.

Cuando la familia de una persona que va a emprender un negocio o una nueva actividad laboral no cree en sus capacidades, tratarán de hacerle creer que para lograr los objetivos hay que superar innumerables pruebas y dificultades, ya sea por parte de los jefes, público en general, amigos y familiares. Sin embargo, eso no debe ser un motivo para desanimarse.

Algunas personas tienen una historia de vida difícil y le pasan pocas cosas buenas, lo que podría llevarlos a que se apague la ilusión y la motivación y si no son emocionalmente fuertes para darse ánimos por sí solos, seguramente no van a poder progresar. Recordemos que no podemos juzgar a nadie porque cada quien lleva su propia carga.

Si tienes una familia que no cree en ti, no te preocupes, eso no es un caso aislado, así que, si tienes un proyecto que te interesa y sientes que puedes sacarlo adelante, pues hazlo, no te detengas y si no funciona, no permitas que eso te desanime, porque las cosas no siempre funcionan tan rápidamente. Aquí lo importante es la actitud con la que manejes las situaciones poco agradables.

Antes de iniciar un proyecto debes capacitarte en el tema, mantenerte actualizado y no descuides ningún área de tu vida (personal, social, familiar, espiritual, etc.) porque todas forman parte de ti y te fortalecen integralmente.

El hecho de que tu familia no crea en ti, no es motivo para pelear con ellos; solamente mantén separados los negocios de la familia y que todo siga como siempre.