Covid mantuvo a muchas personas en su lugar. Ahora, varios países desarrollados, que se enfrentan al envejecimiento de la mano de obra y a la escasez de trabajadores, se apresuran a reclutar, formar e integrar a los extranjeros.
Mientras la economía mundial se calienta y trata de dejar de lado la pandemia, ha comenzado una batalla por los jóvenes y capaces. Con visados rápidos y promesas de residencia permanente, muchas de las naciones ricas que impulsan la economía mundial están enviando un mensaje a los inmigrantes cualificados de todo el mundo: se busca ayuda.
En Alemania, donde las autoridades advirtieron recientemente que el país necesita 400,000 nuevos inmigrantes al año para cubrir puestos de trabajo en campos que van desde el académico hasta el de la climatización, una nueva Ley de Inmigración ofrece visados de trabajo acelerados y seis meses para visitar y encontrar un trabajo.
Canadá planea dar la residencia a 1.2 millones de nuevos inmigrantes para 2023. Israel ha cerrado recientemente un acuerdo para traer trabajadores sanitarios de Nepal. Y en Australia, donde las minas, los hospitales y los bares están faltos de personal tras casi dos años con la frontera cerrada, el gobierno pretende duplicar aproximadamente el número de inmigrantes que permite entrar en el país durante el próximo año.