Los estudios lo confirman: el cerebro de la madre cambia durante el embarazo para cuidar mejor al bebé.
Parece que estos cambios provocan una especie de “poda neuronal” en el que se reducen las partes del cerebro más racionales y aumenta su empatía.
Se considera que esos cambios se dan para que la madre tenga mayor facilidad para interpretar las señales de su bebé.
La revista Nature Neuroscience publicó una investigación donde se realizaron resonancias magnéticas a 25 mujeres antes y después del embarazo y a los futuros papás y luego esos resultados los compararon con los de 20 mujeres y hombres que no tenían hijos.
El estudio mostró que las únicas que mostraban cambios evidentes en el cerebro, eran las mujeres embarazadas. Esos cambios consistían en una reducción grande de materia gris en algunas zonas del cerebro y en otras no, lo que permitía que ellas fueran más atentas, solícitas y empáticas con lo que necesita su bebé. Sin embargo, eso no indicaba que ellas tuvieran menores habilidades cognitivas.
Respecto a los padres, no se notaron diferencias respecto a otros hombres.
¿Qué significa eso? El cerebro de los hombres no cambia, especialmente si no son los principales cuidadores del bebé, pero, cuando ellos son los máximos responsables, si se pueden ver modificaciones en su cerebro.