Aunque el Covid presenta relativamente pocos riesgos para los niños y los adultos vacunados menores de 50 años, presenta más riesgos para las personas mayores y algunas con inmunodeficiencias específicas. La actual oleada de Covid ha provocado un modesto aumento de las hospitalizaciones y muertes entre los vacunados y un aumento mucho mayor entre los no vacunados. Esta oleada justifica un aumento del enmascaramiento, las pruebas y algunas otras medidas.
Pero vale la pena recordar que el objetivo de esas medidas es maximizar la salud y el bienestar de las personas. Y maximizar la salud y el bienestar no es lo mismo que minimizar Covid.
Si eso suena extraño, recuerde que la sociedad dejaría de funcionar si intentara minimizar todos los riesgos médicos. Los colegios y las oficinas no cierran cada invierno por la gripe. Las familias viajan en coche a pesar de que los accidentes dañan a muchos más niños que el Covid. La gente camina, practica deportes y monta en bicicleta, aunque miles de personas acaben en las salas de urgencias.
Los costos económicos y sociales de nuestras precauciones contra el Covid son reales. En algunos casos, esas precauciones merecen claramente la pena, y en otros no. Averiguar cómo controlar el virus al mismo tiempo que se abordan las otras crisis inducidas por el Covid es uno de los grandes retos de la próxima fase de la pandemia.