Mientras Bob Dole yacía en el Capitolio, el presidente y los líderes demócratas recordaron sus llamamientos a la unidad, en un mensaje inequívoco al Partido Republicano.

Bajo la cúpula del Capitolio que amaba, Bob Dole fue celebrado por su ingenio y su gracia, sus principios y su persistencia, pero sobre todo por su civismo y su bipartidismo, en un sutil reproche a un Partido Republicano que ha cambiado mucho desde que Dole era su abanderado.

Dirigiéndose a los dignatarios de ambos partidos reunidos para honrar al antiguo líder de la mayoría del Senado, el presidente Biden utilizó las propias palabras del Sr. Dole como un mensaje punzante a los adversarios que considera que se alejan de las amarras de la propia democracia.

“No puedo fingir que no he sido un leal defensor de mi partido, pero siempre he servido mejor a mi país cuando lo he hecho, ante todo, como estadounidense”, dijo Biden, citando lo que, según él, fueron las últimas palabras del Sr. Dole a la nación. “Cuando priorizamos los principios sobre el partido y la humanidad sobre el legado personal, cuando hacemos eso, logramos mucho más como nación. Al liderar con una fe compartida en los demás, nos convertimos en la mejor América”.