Miles de problemas identificados por los inspectores estatales nunca se hicieron públicos debido a un proceso de apelación secreto, según una investigación del New York Times.

En Arizona, una residente de una residencia de ancianos fue agredida sexualmente en el comedor.

En Minnesota, una mujer se contagió de Covid-19 después de que los trabajadores trasladaran a su habitación a un residente que tosía.

Y en Texas, una mujer con demencia fue encontrada en el aparcamiento de su residencia de ancianos, tendida en un charco de sangre.

Los inspectores estatales determinaron que las tres residencias habían puesto en peligro a los residentes, violado la normativa federal. Sin embargo, el gobierno federal no informó de los incidentes al público ni los incluyó en su influyente sistema de calificación, por lo que los hogares mantuvieron sus calificaciones brillantes.

Una investigación del New York Times descubrió que al menos 2,700 incidentes peligrosos similares tampoco se tuvieron en cuenta en el sistema de calificación de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (C.M.S.), que está diseñado para ofrecer a los ciudadanos información fiable para evaluar la seguridad y la calidad de miles de residencias de ancianos.