La decimoquinta letra del alfabeto griego había sido una entidad bastante inocua durante 2,500 años. Pero en sólo dos semanas, se hizo notoria. ómicron fue más allá de los textos de filosofía clásica, más allá del ámbito de los aproximadamente 13 millones de personas que hablan griego como nativos, y explotó en el uso de informes científicos urgentes, titulares de noticias de última hora y en las redes sociales de todo el mundo.

El alfabeto griego es una maravilla milenaria que no necesitaba necesariamente este impulso de visibilidad. Pero ahora el mundo está recibiendo una lección de griego, una desagradable variante del coronavirus a la vez. Las mismas letras utilizadas por Platón y Aristóteles se están convirtiendo en símbolos de una plaga global, y conocer la diferencia entre delta y ómicron es esencial para entender si podemos estar saliendo de la pandemia o si seguimos inmersos en ella.

Para los griegos, existe cierto grado de desconcierto al ver cómo su lengua cae en manos de otros. Pero muchos griegos dicen que ven su lengua como un patrimonio universal, y se enorgullecen de cómo algunos aspectos de ella se utilizan ampliamente en la ciencia, las matemáticas y la tecnología.