La mayoría de los resultados de las pruebas rápidas no se comunican. Esto aumenta las dudas sobre la mejor manera de medir la propagación del virus.
Millones de pruebas rápidas Covid para uso doméstico están saliendo de las farmacias de todo el país, ofreciendo una lectura instantánea, aunque a veces imperfecta, sobre si están infectados por el coronavirus.
Sin embargo, los resultados rara vez se comunican a los departamentos de salud pública, lo que agrava las dificultades que existen desde hace tiempo para mantener un recuento preciso de los casos en un momento en que el número de infecciones está aumentando debido a la variante Ómicron.
Como mínimo, la disponibilidad generalizada de pruebas caseras está causando estragos en la precisión de las tasas oficiales de positividad y el recuento de casos. En el otro extremo, es un factor que hace que algunos expertos en salud pública se planteen una cuestión que antes hubiera sido impensable: ¿Sirven de algo los recuentos de casos de coronavirus y, si no es así, deberían seguir haciéndose?