Pero estas pruebas prenatales suelen ser erróneas, según un estudio.

Las empresas describen las pruebas como casi seguras, que unos pocos viales de sangre, extraídos en el primer trimestre, pueden detectar graves problemas de desarrollo en el ADN del feto con notable precisión, pero se descubrió que los análisis realizados por un gran fabricante de pruebas, Natera, eran incorrectos en un 85% de las ocasiones.

En poco más de una década, las pruebas han pasado de ser experimentos de laboratorio a una industria que atiende a más de un tercio de las mujeres embarazadas en Estados Unidos. Al principio, las pruebas buscaban el síndrome de Down y funcionaban muy bien. Pero cuando los fabricantes trataron de superarse unos a otros, empezaron a ofrecer pruebas adicionales para detectar afecciones cada vez más raras, lo que disminuyó la precisión de las mismas.