Ambas partes expresaron cierto optimismo tras las negociaciones en Ginebra, pero no superaron el punto muerto en el que se encuentra la exigencia rusa de que Ucrania nunca se convierta en miembro de la OTAN.
Estados Unidos y Rusia salieron de siete horas de negociaciones urgentes fijando posiciones aparentemente irreconciliables sobre el futuro de la alianza de la OTAN y el despliegue de tropas y armas en Europa del Este, manteniendo las tensiones en medio de los temores de una invasión rusa de Ucrania.
El viceministro de Asuntos Exteriores, Sergei A. Ryabkov, principal negociador de Rusia, insistió tras la reunión en que es “absolutamente obligatorio” que Ucrania “nunca, nunca, nunca” se convierta en miembro de la OTAN.
Su homóloga estadounidense, la vicesecretaria de Estado Wendy Sherman, reiteró que Estados Unidos nunca podría hacer tal promesa porque “no permitiremos que nadie cierre de golpe la política de puertas abiertas de la OTAN”, y dijo que Estados Unidos y sus aliados no se quedarían de brazos cruzados si Rusia pretendía cambiar las fronteras internacionales “por la fuerza”.
El impasse dejó el destino de Ucrania -que no fue invitada a las conversaciones bilaterales- en un estado de incertidumbre, con las intenciones militares de Rusia lejos de resolverse tras las reuniones programadas apresuradamente entre la Sra. Sherman y el Sr. Ryabkov.