A partir del sábado, las aseguradoras sanitarias privadas deberán cubrir hasta ocho pruebas caseras de COVID-19 al mes para los afiliados a sus planes.
En virtud de esta nueva política, los estadounidenses podrán adquirir los kits de pruebas caseras de forma gratuita con su seguro, o presentar los recibos de las pruebas para su reembolso.
Las pruebas PCR y las pruebas rápidas solicitadas o administradas por un proveedor de servicios sanitarios seguirán estando totalmente cubiertas por el seguro, sin límite alguno.
En otro paso para ayudar a los estadounidenses a acceder a las pruebas, el miércoles el gobierno federal lanzará un sitio web para comenzar a poner a disposición 500 millones de pruebas COVID-19 a domicilio por correo.
La administración también está ampliando los centros de pruebas rápidas de emergencia en las zonas que experimentan los mayores aumentos de casos.