Durante décadas, España ha sido un destino privilegiado para los “snowbirds” europeos. Incluso cuando la variante Omicron se extiende, el país mantiene sus puertas abiertas de par en par a los visitantes.
Las infecciones por coronavirus se dispararon en España, provocando un número de casos nunca visto en la pandemia. Las camas de las unidades de cuidados intensivos se llenaban en los hospitales.
Pero eso no impidió que Tatjana Baldynjuk y Timur Neverkevits, una pareja de Estonia, compraran billetes de avión para poder visitar la isla de Lanzarote, un soleado afloramiento dominado por volcanes en el extremo oriental del archipiélago español de las Islas Canarias.
“Era cien por cien más fácil venir aquí que a muchos otros países”, dijo la Sra. Baldynjuk, que trabaja en logística de mercancías en Estonia.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de la mitad de la población europea podría estar infectada por la variante Omicron del coronavirus a principios de marzo, y el temor a su rápida propagación ha llevado a los gobiernos a dar respuestas diferentes.