El estudio de cuatro años sobre la contaminación del aire, en el que se hizo un seguimiento de 68.5 millones de estadounidenses de edad avanzada, fue el primero de este tipo.
Los estadounidenses de edad avanzada que respiran con regularidad incluso niveles bajos de contaminación procedente de chimeneas, tubos de escape de automóviles, incendios forestales y otras fuentes tienen más posibilidades de morir prematuramente, según un importante estudio.
Los investigadores del Instituto de Efectos sobre la Salud, un grupo financiado por la Agencia de Protección del Medio Ambiente, así como por los fabricantes de automóviles y las empresas de combustibles fósiles, examinaron los datos de salud de 68.5 millones de beneficiarios de Medicare en todo Estados Unidos y descubrieron que si las normas federales sobre los niveles permitidos de hollín hubieran sido ligeramente inferiores, se podrían haber evitado hasta 143,000 muertes en el transcurso de una década.
La exposición a las partículas de hollín se ha relacionado desde hace tiempo con enfermedades respiratorias y con el deterioro del desarrollo cognitivo de los niños. Las diminutas partículas pueden entrar en los pulmones y en el torrente sanguíneo y afectar la función pulmonar, exacerbar el asma y desencadenar ataques cardíacos y otras enfermedades graves.