Muchos políticos demócratas vieron cómo se disparaba su popularidad cuando cerraron agresivamente las ciudades durante las primeras fases de la pandemia. Pero hoy en día, están utilizando un libro de jugadas diferente.

A pesar de la oleada de Ómicron, los alcaldes y otros funcionarios se están saltando en gran medida los mandatos de las máscaras y están luchando por mantener las escuelas abiertas, a veces en oposición a los trabajadores de la salud y sus aliados tradicionales en los sindicatos de profesores.

El giro refleja un cambio en la comprensión de la amenaza de Covid, ahora que millones de estadounidenses están vacunados y Ómicron parece causar una enfermedad menos grave.

Los demócratas son muy conscientes de que muchos estadounidenses -incluso algunos de los fieles votantes liberales del partido- han cambiado su actitud sobre el virus. Podría ser peligroso, piensan, dejar que los republicanos marquen a los demócratas como el partido de los cierres y los mandatos de vacunación.