El amor tóxico no solo se da en las parejas, sino también entre madre – hijo. Un bebé puede sufrir del amor tóxico de su mamá desde que es muy pequeño.
Cuando ese amor maternal se basa en el miedo, la violencia o la dependencia emocional, es hora de preguntarse si esa forma de amar es sana para los dos.
Algunas muestras de amor tóxico son:
• Dependencia: se da cuando una madre resuelve todas las necesidades de su hijo, aunque sean insignificantes, lo que conlleva a que el niño se sienta incapaz de hacerlas por si mismo. Además, el niño se siente “perdido” cuando no está su mamá y su autoestima no será fuerte.
• Mucha atención: Si una mamá se olvida de si misma y convierte a su hijo en el eje de su vida, cuando él crezca y se independice, la mamá sentirá que su misión en la vida “acabó” y se sentirá vacía.
• Sobreprotección: Es algo asfixiante y puede traer las siguientes consecuencias: Que el niño se convierta en alguien muy dependiente de ti; puede ocurrir también que cuando el hijo pueda valerse por sí mismo, huya de casa bajo cualquier pretexto y, por último, puede optar por seguir la misma conducta que su madre y alejar a los demás.
