El número de distritos competitivos en la Cámara de Representantes está disminuyendo, ya que tanto los republicanos como los demócratas están usando la redistribución de distritos para obtener escaños seguros.

El número de distritos en el Congreso está en camino de caer cerca del nivel más bajo en al menos tres décadas, ya que los republicanos y los demócratas trazan nuevos mapas políticos diseñados para asegurar que la gran mayoría de las carreras a la Cámara de Representantes hayan terminado antes de que comiencen las elecciones generales.

Con dos tercios de los nuevos límites establecidos, los creadores de mapas están en camino de dibujar menos de 40 escaños – de 435 – que se consideran competidos sobre la base de los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. Hace diez años esa cifra era de 73.

Si bien el tamaño exacto del campo de batalla aún está emergiendo, el fuerte declive de la competencia por los escaños de la Cámara de Representantes es la última señal preocupante de disfunción en el sistema político estadounidense, que ya está luchando con un azote de desinformación y una creciente desconfianza en las elecciones.

Esta falta de competencia en las elecciones generales puede ampliar el abismo ideológico entre los partidos, lo que conduce a un endurecimiento de la legislación y al alejamiento de los votantes del proceso político.