Un pico récord de casos de coronavirus mantuvo a millones de trabajadores en casa en enero y perturbó los negocios de costa a costa. Pero no pudo desviar la recuperación del mercado laboral estadounidense.
Los empleadores añadieron 467,000 puestos de trabajo en enero, según informó el viernes el Departamento de Trabajo. El informe ha hecho añicos las previsiones de los economistas, que esperaban que la oleada de casos de coronavirus asociados a la variante Omicron se tradujera en un aumento anémico, si no en un descenso absoluto del empleo. En cambio, los empresarios siguieron contratando.