Erin Jackson puso fin a la sequía de medallas en el patinaje de velocidad de Estados Unidos al conseguir el domingo el primer puesto en la prueba femenina de 500 metros, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana que gana una medalla en este deporte. También es la primera medalla para una patinadora de velocidad estadounidense en Pekín y la primera medalla individual de patinaje de velocidad ganada por un estadounidense desde los Juegos de Vancouver 2010.
Jackson, a quien sus compañeros de equipo llaman Speedy o E.J., es una consumada patinadora en línea que dio sus primeros pasos inseguros sobre el hielo en 2016 en Holanda, donde estuvo tres meses entrenando para el patinaje en línea. Se clasificó para los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018 tras cuatro meses de entrenamiento, y allí terminó en el puesto 24 en los 500 metros.
Jackson se convirtió en la patinadora de 500 metros más dominante del mundo en solo los últimos meses. La mayor parte de la temporada de patinaje de velocidad 2020-21 quedó anulada por la pandemia de coronavirus, y ella se perdió las pocas carreras que se celebraron, como los campeonatos del mundo, después de que una cuerda elástica se rompiera y le causara una lesión ocular que requirió cirugía.
