El ejercicio físico trae grandes beneficios tanto a la salud física como a la mental. Cuando nos ejercitamos envejecemos de una manera más sana, mejoramos el sistema de defensas, el desempeño intelectual y la capacidad de autocontrol.
La ansiedad es una enfermedad bastante difícil de controlar y cuando estamos muy ansiosos no nos provoca mucho ejercitarnos, pero no podemos olvidar que es una buena manera para luchar contra la ansiedad. Por ejemplo:
• NOS RELAJA
El ejercicio ayuda a liberar endorfinas y que el cuerpo se relaje más fácilmente. Además, al reforzar la musculatura podemos identificar con mayor facilidad cuando estamos tensos o relajados por lo que podemos hacer algo al respecto.
• DORMIR MEJOR
¿Sabías que el ejercicio físico nos ayuda a dormir mejor en las noches? Así es y esto repercute directamente en los niveles de ansiedad. Cuando descansamos las horas que se requieren podemos mantener la concentración y estaremos más tranquilos.
• ENFOCARSE EN OTRA COSA
Cuando estamos ansiosos, todos nuestros pensamientos se centran en el malestar que sentimos y nos resulta difícil concentrarse en algo diferente. Pero, hacer ejercicio es algo que exige de nuestro esfuerzo físico y mental que casi nos obligamos a “olvidar” el malestar para concentrarnos en el ejercicio.