El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tiene previsto celebrar su reunión anual sobre el acuerdo de Minsk.

El acuerdo ayudó a poner fin a lo peor de los combates en el este de Ucrania entre los separatistas respaldados por Rusia y las tropas ucranianas. Pero su aplicación se ha estancado. Rusia, que ocupa la presidencia rotatoria del Consejo este mes, dirigirá la reunión.

El año pasado, Rusia se enfrentó a Estados Unidos y a sus aliados occidentales por el conflicto en el este de Ucrania, y este año se espera un enfrentamiento similar, aunque probablemente más amplio.

La reunión se celebrará con el trasfondo de una tensa situación fronteriza, ya que los servicios de inteligencia estadounidenses han llegado a la conclusión de que las afirmaciones de Rusia de que está retirando tropas a lo largo de su frontera con Ucrania son falsas y que, en realidad, Moscú ha aumentado su presencia militar a lo largo de la frontera en hasta 7,000 efectivos esta semana.

El presidente ruso Vladimir Putin ha señalado que quiere una salida pacífica a la crisis, pero los aliados occidentales han mantenido que la amenaza de un ataque era fuerte.