Más de la mitad de los abortos recientes en Estados Unidos se realizaron con píldoras abortivas en lugar de un procedimiento quirúrgico, una señal de que la medicación se ha convertido cada vez más en el método más accesible y preferido para interrumpir el embarazo.

El informe, publicado por el Instituto Guttmacher, una organización de investigación que apoya el derecho al aborto, encontró que en 2020, el aborto con medicamentos -un método de dos píldoras autorizado en Estados Unidos para embarazos de hasta 10 semanas de gestación- representó el 54% de todos los abortos. La cifra representa un aumento sustancial con respecto al informe anterior del instituto, que encontró que el método representó el 39 por ciento de los abortos en 2017.

El método -que es menos costoso y menos invasivo que el aborto quirúrgico- ya se había vuelto cada vez más común antes de la pandemia de coronavirus, impulsado en parte por las restricciones de los estados conservadores que imponían obstáculos a los métodos quirúrgicos, especialmente en las últimas etapas del embarazo.