China pide un fuerte gasto público y préstamos para apoyar sus empresas, mientras sus líderes buscan proyectar confianza ante la incertidumbre mundial por la pandemia y la guerra en Ucrania.
Más allá de la ansiedad mundial por la guerra en Ucrania, China ha puesto su economía en el camino de la expansión constante para 2022, priorizando el crecimiento, la creación de empleo y el aumento del bienestar social en un año en el que el líder nacional, Xi Jinping, está preparado para reclamar un nuevo mandato en el poder.
El informe anual sobre la labor del Gobierno presentado el sábado por el primer ministro Li Keqiang ante la Asamblea Popular Nacional de China ni siquiera mencionó la invasión rusa de Ucrania, y adoptó un tono implacablemente firme sobre las perspectivas económicas de China.
El mensaje implícito parecía ser que China podría capear las turbulencias en Europa, y que se centraría en tratar de mantener a la población china en casa contenta y empleada antes de la importantísima reunión del Partido Comunista en otoño, cuando el Sr. Xi está cada vez más seguro de prolongar su tiempo en el poder.