¿Es la cirugía estética una necesidad o una obsesión? Alejandra Espinoza y Damaris Jiménez han tratado este tema esta semana en su podcast “Entre hermanas”, con el que la carismática presentadora mexicana y la coach de vida llevan más de un año tratando de empoderar a las mujeres -el primer episodio se emitió el 28 de enero de 2021-.
Con su típica sinceridad y naturalidad, la actriz, que protagoniza la telenovela Corazón guerrero de Televisa-Univisión en México, confesó durante el episodio que a día de hoy se arrepiente de la operación de reducción de pecho a la que se sometió en 2010, apenas tres años después de su triunfo en el reality Nuestra Belleza Latina.
“Me operé en 2010, una reducción de pecho. Siempre fui muy feliz, muy feliz, muy feliz, hasta que hace unos meses tuve algunas complicaciones y entonces me arrepentí. Hoy me arrepiento mucho, me arrepiento de haberlo hecho, me arrepiento de haber tomado esa decisión por veinte mil razones, pero han pasado 12 años desde esa operación y después de 12 años me arrepiento de haberla hecho porque hoy tengo otras prioridades, tengo otra mentalidad, tengo otra forma de ver las cosas y creo que era innecesaria”, dijo la presentadora de 34 años.
“En ese momento me hizo feliz, en ese momento fui feliz y en ese momento tomé la decisión por mí, no por otra persona. Incluso mucha gente me dijo: ‘No lo hagas, no te lo quites’. Tomé la decisión por mí y me arrepentí. Imagina tomar una decisión para complacer a otra persona, imagina el trauma psicológico de hacer algo para complacer a otra persona”, dice la esposa de Aníbal Marrero y madre de Matteo.
Aunque es una firme defensora de que cada cual haga lo que quiera con su cuerpo, Alejandra lamentó que hoy en día muchas jóvenes recurran a la cirugía plástica por la presión social.
“Hoy en día mucha gente lo hace porque quiere verse bien para las redes sociales y digo mucho las redes sociales porque a mí me abruma muchísimo ver eso”, admitió.
“Respeto que todo el mundo haga lo que quiera con su cuerpo, pero mucha gente es demasiado joven y ya se ha operado demasiado y ni siquiera deja que su cuerpo se desarrolle como va a ser dentro de unos años, y entonces nunca hace nada para complacer a nadie, porque al final nunca vamos a estar contentos con nosotros mismos, y entonces nos volvemos obsesivos, y entonces nos volvemos adictos, muchas veces incluso a las mismas cirugías”, añadió.