El presidente Biden está cansado de que los Bruce Waynes del mundo paguen impuestos más bajos que nosotros, los residentes normales, así que va a introducir un “impuesto sobre la renta mínima de los multimillonarios” como parte de su presupuesto para 2023. Es la primera vez que Biden pide directamente un impuesto sobre la riqueza.
La propuesta exigiría que los hogares estadounidenses que tengan más de 100 millones de dólares paguen al menos un 20% de impuestos sobre sus ingresos. De forma controvertida, esto cubre tanto los ingresos tradicionales como las ganancias no realizadas de las inversiones, que son la forma en que los multimillonarios consiguen minimizar sus obligaciones fiscales en primer lugar. En el sistema actual, sólo se paga el impuesto sobre las ganancias de capital una vez que se vende un activo.
A los multimillonarios preocupados por tener que volar en avión comercial: si ya pagan el 20% o más del impuesto sobre la renta, no tienen problemas. Si no es así, necesitará un complemento para alcanzar esta meta.
El objetivo del impuesto mínimo es recaudar mucho dinero del menor número de personas posible. Según la Casa Blanca, el plan afectaría a menos de 20,000 hogares, pero supondría unos ingresos de 360,000 millones de dólares en 10 años.