Después de años de rumores, las empresas de reparto con drones están empezando a desplegar servicios de entrega en todo Estados Unidos.
Wing, propiedad de Alphabet, soltará sus drones de reparto hoy en Dallas, donde se asociará con tiendas como Walgreens y Blue Bell Creameries para colocar medicamentos y helados en tu porche. Pero hay mucha competencia en los cielos poco amistosos:
La startup israelí Flytrex anunció la semana pasada que también está iniciando el reparto comercial en Dallas, Texas.
Zipline se asoció con Walmart para poner en marcha un servicio de entrega a finales del año pasado y tiene previsto ampliar la asociación.
Pero el progreso ha sido lento. Amazon, que suscitó la ola inicial de entusiasmo por las entregas con drones en 2013, sigue realizando pruebas y no todas van bien. Sacar los drones de sus minúsculos hangares y ponerlos en el aire ha sido un trabajo arduo, en parte debido a las estrictas regulaciones del espacio aéreo. La FAA tiene que aprobar todos los proyectos de entrega de drones, verificando que son seguros al nivel de aviones de pasajeros.
El director general de Flytrex declaró que el planteamiento de la FAA “siempre ha sido gatear, caminar y después correr; afortunadamente, ahora estamos llegando a la fase de caminar”.