El Senado confirmó el jueves a la jueza Ketanji Brown Jackson para el Tribunal Supremo, convirtiéndola en la primera mujer negra en ser elevada a la cúspide del poder judicial, en lo que sus partidarios saludaron como un paso necesario para aportar nueva diversidad y experiencia vital al tribunal.
Superando un esfuerzo concertado de los republicanos conservadores para hacer descarrilar su nominación, la jueza Jackson fue confirmada en una votación de 53 a 47, en la que tres republicanos se unieron a los 50 miembros de la bancada demócrata para respaldarla. La votación supuso un rechazo a los intentos de los republicanos de presentarla como una extremista liberal que ha mimado a los delincuentes. Los partidarios de la jueza Jackson, que rechazaron esas descripciones por considerarlas distorsionadas y ofensivas, consideraron la confirmación como una ocasión de mejora, en la que una representante de un grupo a menudo relegado a un segundo plano pasó a ocupar el primer plano.
La votación la sitúa en la línea de sustitución del juez Stephen G. Breyer cuando éste se jubile al final de la sesión del tribunal este verano.