Y la respuesta: Motorola.
Con un prototipo de un kilo y medio, el empleado de Motorola Martin Cooper hizo una llamada caminando entre las calles 53 y 54 de la Sexta Avenida de Nueva York. Llamó a su rival, Joel Engel, de los Laboratorios Bell.
Antes de que Apple fuera siquiera una idea en la cabeza de Steve Jobs, un tosco teléfono celular de Motorola hizo su primera llamada móvil. El prototipo, a veces conocido como el teléfono “zapato” por su tamaño y peso, permitía a los usuarios llamar durante 35 minutos antes de necesitar un periodo de carga de 10 horas.
Para la mayoría del público estadounidense, los primeros modelos de teléfonos móviles eran demasiado caros y voluminosos para que mereciera la pena la inversión. Motorola pasó los diez años siguientes a su lanzamiento en 1973 perfeccionando el producto: los intentos de reducir el tamaño y aumentar la duración de las llamadas salientes llevaron al lanzamiento comercial de un teléfono móvil más delgado, de 16 onzas, en 1983. Sin embargo, el precio seguía siendo demasiado elevado para muchos consumidores, ya que rondaba los 3,500 – 4,000 dólares.
No fue hasta 1999, con el lanzamiento del Nokia 3210, que los teléfonos móviles se convirtieron en un objeto de fascinación para casi todo el mundo y por fin dentro de un rango de precios que la mayoría podía alcanzar.
Los adultos jóvenes y los adolescentes acudieron en masa al producto de la mano de eficaces campañas de marketing, lo que consolidó la importancia de los teléfonos móviles en las décadas siguientes.
