“Trabajas bajo mucho estrés cuando no tienes luz”, dijo el gerente de una tienda que tuvo que botar 2,000 dólares en comestibles.

Puerto Rico seguía tambaleándose por un apagón masivo que inicialmente dejó a más de un millón de residentes sin electricidad.

Las escuelas y las oficinas del gobierno cerraron por segundo día mientras aproximadamente el 56% de todos los clientes de electricidad, unos 840,000, seguían a oscuras hasta el viernes por la tarde.

Las dos entidades encargadas de suministrar el servicio eléctrico a 1.5 millones de clientes en Puerto Rico no podían decir con certeza cuándo se restablecería totalmente la energía en todo el territorio.

Los isleños, frustrados, han señalado en repetidas ocasiones la frecuencia de los apagones no relacionados con los fenómenos meteorológicos, y algunos añaden que los puertorriqueños pagan facturas de electricidad mucho más altas que los habitantes del territorio continental de Estados Unidos.

El apagón comenzó el miércoles por la noche, cuando un disyuntor de la planta de generación de Costa Sur, una de las cuatro plantas principales de la isla, se incendió y provocó el cierre del resto de las plantas de energía.