Y la respuesta: Argentina.
El tango evolucionó a finales del siglo XIX en las calles de Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay). El baile evolucionó a partir de la milonga sudamericana, la habanera cubana y los ritmos tradicionales de la población africana argentina.
Hoy en día, el tango es uno de los bailes más populares del mundo, y se celebra por su fuego y pasión. Sin embargo, sus orígenes no fueron nada glamurosos.
A lo largo del río de la Plata se encuentra la frontera que separa Argentina y Uruguay. En el siglo XIX, los inmigrantes acudieron a la región en busca de trabajo y prosperidad. Sin embargo, las oportunidades no eran tan abundantes, y muchos cayeron en la pobreza. Para encontrar alivio, los habitantes de la región recurrieron a la música y el baile. En los salones y restaurantes, los estilos africanos se mezclaban con influencias sudamericanas y europeas, como la polca y el vals. Poco a poco, nació una nueva danza: el tango. Poco después, el baile se acompañó de los sonidos característicos del bandoneón alemán, un instrumento similar al acordeón.
En el tango, un miembro de la pareja siente los movimientos del otro y los sigue, dando pasos que alternan entre largos y suaves, y cortos y rápidos. La pasión de la danza se utiliza para expresar melancolía, nostalgia y sensualidad.
La conservadora clase alta del siglo XIX rechazó el baile por considerarlo salvaje y escandaloso, pero en Francia atrajo a entusiastas seguidores. En poco tiempo, el tango se impuso en París y se extendió por toda Europa.