Y la respuesta: Los rayos X.
En 1895, Röntgen estaba probando si los rayos catódicos podían atravesar el cristal cuando observó una fluorescencia procedente de una pantalla cercana con revestimiento químico. Llamó rayos X a los rayos que causaban el resplandor por su naturaleza desconocida.
La historia de la tecnología médica ha estado continuamente marcada por innovaciones revolucionarias. En 1896, Röntgen tardó 15 minutos en capturar la mundialmente famosa primera radiografía de la mano de su esposa. En 1909, el tiempo necesario para captar una radiografía se redujo a milisegundos, lo que permitió ver por primera vez los contornos del corazón.
Los rayos X son especialmente útiles en medicina, ya que son capaces de crear imágenes nítidas de órganos, como los huesos, sin dañarlos. A pesar de su relativa seguridad, quienes se someten a una radiografía llevan delantales de plomo para evitar cualquier efecto secundario como consecuencia de la exposición a la radiación.