Las nubes no son tan ligeras y esponjosas como parecen. De hecho, los investigadores han descubierto que una sola nube pesa alrededor de 1.1 millones de libras.
¿Cómo lo saben?
Bueno, esa cifra se calcula tomando la densidad del agua de una nube y multiplicándola por su volumen.
Afortunadamente, la nube puede seguir “flotando” con ese peso porque el aire que hay debajo es aún más pesado.