La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra naturalmente en la leche de la mayoría de los mamíferos.
La intolerancia a la lactosa es una condición caracterizada por síntomas como dolor de estómago, distensión abdominal, gases y diarrea, que son causados por malabsorción de lactosa.
En los humanos, una enzima conocida como lactasa es responsable de descomponer la lactosa para la digestión. Esto es particularmente importante en los bebés, que necesitan lactasa para digerir la leche materna.
Sin embargo, a medida que los niños crecen, por lo general producen cada vez menos lactasa.
Estos signos y síntomas más comunes de la intolerancia a la lactosa.
Dolor de estómago e hinchazón
El dolor de estómago y la hinchazón son comunes con la intolerancia a la lactosa. Se producen cuando las bacterias en el colon fermentan la lactosa que el cuerpo no ha digerido, lo que produce un exceso de gas y agua. El dolor se localiza con mayor frecuencia alrededor del ombligo y la parte inferior del abdomen.
Aumento de gases
La fermentación de la lactosa en el colon puede provocar un aumento de la flatulencia, y la medida en que esto ocurre puede variar significativamente de una persona a otra. El gas producido por la fermentación de la lactosa es inodoro.
Estreñimiento
El estreñimiento es un síntoma más raro de la intolerancia a la lactosa. Se cree que es causado por un aumento en la producción de metano en el colon, lo que ralentiza el tiempo de tránsito en el intestino. Se necesita más investigación sobre el estreñimiento en personas con intolerancia a la lactosa.