¿Se ha preguntado por qué el ser humano medio muere a los 80 años?
La naturaleza parece haber tirado los dados sobre el tiempo que puedes disfrutar de tu existencia.
Un nuevo estudio del Instituto Wellcome Sanger publicado en Nature sugiere que la tasa de daño genético puede ser la clave. Los cambios genéticos, llamados mutaciones, se producen en todas las células y son en su mayoría inofensivos. El cuerpo las repara o las ignora. Pero algunas pueden poner a una célula en el camino del cáncer. Estas células mutan de una manera que el cuerpo no puede reparar.
La novedad es que, aunque las mutaciones no causen cáncer, se acumulan. Hacen que el cuerpo se apague y muera después de cierto tiempo. Así, el estudio descubrió que la esperanza de vida es inversamente proporcional a la tasa de mutaciones. Esto sugiere que las mutaciones desempeñan un papel importante en el envejecimiento.
Parece que los animales más longevos han conseguido frenar la tasa de mutaciones del ADN y, por tanto, viven más tiempo. La vida media de los humanos en el estudio fue de 83.6 años, y la tasa de mutaciones fue de unas 47 al año. El número medio de mutaciones en todas las especies al final de la vida era de unas 3,200.
Esta parece ser la masa crítica de mutaciones a partir de la cuales un organismo ya no puede funcionar correctamente.
Entender la relación directa entre mutaciones y longevidad significa que es crucial mantenerse alejado de las sustancias que provocan mutaciones. El alcohol, el tabaco, la luz solar, los alimentos procesados. Todos conocemos a los culpables.