La frontera entre Estados Unidos y México bulle de actividad como todos los días, con helicópteros y aviones no tripulados que vigilan la actividad ilegal y el tráfico que pasa por los puestos de control fronterizos en ambos sentidos.

Sin embargo, ahora hay una actividad adicional, ya que a ambos lados del río Grande, en el agua y en las orillas, se está llevando a cabo un ejercicio conjunto de entrenamiento de seguridad fronteriza. En el lado estadounidense, la Guardia Nacional de Texas, la Patrulla Fronteriza, los policías estatales y los guardas de caza están trabajando juntos. En el lado mexicano, los agentes de la ley se encargan del ejercicio.

Hace dos semanas, el transporte internacional por carretera entre Texas y México estuvo a punto de detenerse cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó que todos los camiones que entraran en EE.UU. fueran revisados exhaustivamente por policías estatales.

Finalmente, cuatro gobernadores mexicanos se sentaron a la mesa y acordaron comprometerse a una mayor seguridad fronteriza en su lado a cambio de la flexibilización de las restricciones, y el entrenamiento conjunto en el estado de Coahuila es el resultado de esas negociaciones.