Para muchos padres, el acto de disciplinar a sus hijos puede ser una experiencia estresante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la disciplina es una parte vital de la crianza de los hijos y puede ayudar a los niños a aprender a controlar sus comportamientos. Existen una variedad de formas en que los padres pueden disciplinar a sus hijos, y no hay un enfoque único que funcione para todos los niños. Al considerar cómo disciplinar a sus hijos, es importante que los padres tengan en cuenta la edad y el temperamento de sus hijos, así como sus propios valores y estilos de crianza.
Uno de los principios clave de la disciplina es el establecimiento de límites claros. Los niños necesitan saber qué comportamientos son aceptables y cuáles no lo son. Los límites deben ser consistentes, lo que significa que todos los adultos que interactúan con el niño deben estar de acuerdo en cuanto a lo que se considera aceptable y lo que no. Los límites también deben ser enfocados en el comportamiento, no en el niño mismo. Por ejemplo, en lugar de decir “eres un niño malo”, es mejor decir “no se permite golpear a los demás”.
Otra parte importante de la disciplina es el establecimiento de consecuencias. Las consecuencias deben ser apropiadas para la edad del niño y el comportamiento que se está tratando de modificar. Las consecuencias deben ser consistentes, lo que significa que si el niño sabe que el comportamiento llevará a una consecuencia desagradable, es más probable que evite el comportamiento. Las consecuencias también deben ser enfocadas en el comportamiento, no en el niño. Por ejemplo, en lugar de decir “te estás portando como un niño muy malo”, es mejor decir “si sigues gritando, tendrás que ir a tu cuarto”.
La disciplina también debe incluir el establecimiento de recompensas por los buenos comportamientos. Las recompensas pueden ser una forma efectiva de fomentar el comportamiento deseado. Al igual que con las consecuencias, las recompensas deben ser apropiadas para la edad del niño y el comportamiento que se está tratando de modificar. Las recompensas deben ser consistentes, lo que significa que el niño debe recibir la misma recompensa cada vez que muestre el comportamiento deseado. Las recompensas también deben ser enfocadas en el comportamiento, no en el niño.