India, segundo productor mundial de trigo, ha prohibido las exportaciones del cereal con algunas excepciones, una medida que podría agravar un déficit mundial agravado por la guerra en Ucrania y exacerbar una previsión ya nefasta de hambre en todo el planeta.
La guerra ha interrumpido la producción de trigo en Ucrania y Rusia, que son los principales proveedores. Los combates y bloqueos en el Mar Negro han interrumpido el transporte del grano. Y las malas cosechas en China, junto con la ola de calor en la India y la sequía en otros países, han dificultado aún más el suministro mundial.
Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, la India posee alrededor del 10% de las reservas mundiales de cereales, un gran excedente derivado de las fuertes subvenciones que concede a sus agricultores.