El gobierno de Biden ha acelerado sus esfuerzos para remodelar los sistemas de defensa de Taiwán mientras proyecta una presencia militar estadounidense más robusta en la región para tratar de disuadir un posible ataque de las fuerzas armadas chinas, dijeron funcionarios estadounidenses.
La guerra de Rusia en Ucrania ha hecho que los funcionarios estadounidenses y taiwaneses sean muy conscientes de que un autócrata puede ordenar una invasión de un territorio vecino en cualquier momento. Pero también ha demostrado cómo un pequeño ejército puede resistir a un enemigo aparentemente poderoso.
Las autoridades estadounidenses están aprovechando las lecciones aprendidas al armar a Ucrania para trabajar con Taiwán en la formación de una fuerza más fuerte que pueda repeler una invasión marítima de China, que tiene uno de los mayores ejércitos del mundo.
El objetivo es convertir a Taiwán en lo que algunos funcionarios llaman un “puercoespín”: un territorio erizado de armamento y otras formas de apoyo lideradas por Estados Unidos, como para que parezca demasiado doloroso ser atacado.