El presidente Biden inauguró el miércoles la Cumbre de las Américas, de tres días de duración, prometiendo a los líderes de América Latina que Estados Unidos se compromete a ayudar a la región a combatir el crimen, la corrupción y sus problemas económicos.
Estados Unidos actúa como anfitrión de la novena de estas cumbres, que comenzaron en Miami en 1994. En sus breves declaraciones, Biden ofreció una versión de su discurso económico interno, instando a los gobiernos del hemisferio a invertir en los trabajadores y en la clase media.