Si tienes sed, es probable que tu cuerpo ya estés deshidratado. ¿Por qué es este el caso? Porque tu mecanismo de la sed va a la zaga de tu nivel real de hidratación.

La pérdida de agua corporal sin reponerla hace que la sangre se concentre más. Esto hace que su ritmo cardíaco aumente para mantener su presión arterial y hace que sus riñones retengan agua (por lo tanto, disminuye la micción).

Menos agua en su sistema también dificulta la capacidad de su cuerpo para regular su temperatura, lo que puede provocar hipertermia o una temperatura corporal muy por encima de lo normal. Y debido a que los niveles de líquido en el cerebro son más bajos, afectan el estado de ánimo, la memoria y la coordinación.