El mercado de los detectores de armas y los distintivos de alerta de crisis en las escuelas está en auge. Pero hay dudas sobre la eficacia de la nueva tecnología.
La preocupación por la seguridad está contribuyendo a alimentar una industria multimillonaria de productos de seguridad escolar. Algunos fabricantes venden escáneres de detección de armas y botones de pánico inalámbricos para los distritos escolares.
Otros ofrecen cámaras de alta resolución y programas informáticos capaces de identificar los rostros de los alumnos, rastrear su ubicación y controlar sus actividades en línea, lo que lleva a las aulas el tipo de herramientas de vigilancia que utilizan ampliamente las fuerzas del orden.
En 2021, las escuelas y colegios de Estados Unidos gastaron unos 3,100 millones de dólares en productos y servicios de seguridad, frente a los 2.7 millones de 2017, según Omdia, una empresa de investigación de mercados.