A raíz de la pandemia ha nacido un nuevo movimiento político potencialmente desestabilizador: los padres que se unieron a la causa antivacunas y antimáscaras.
Antes eran demócratas o republicanos. Pero el temor por sus hijos en la pandemia transformó su forma de pensar, y ahora se identifican como independientes que planean votar basándose únicamente en una obsesión única.
La transformación de estos padres ha confundido a los estrategas republicanos y demócratas, que se preocupan por perder votantes en favor de candidatos dispuestos a adoptar posiciones absolutas sobre las vacunas y las mascarillas.