Se presenta cuando las empresas utilizan la inflación como excusa para subir los precios. Según el economista Rakeen Mabud, esta práctica se basa en la explotación de la desinformación.

Los consumidores se acostumbran a precios más altos como resultado de la inflación.

Las empresas aprovechan la oportunidad para subir los precios y aumentar sus utilidades, aunque sus costes no hayan cambiado.

Un ejemplo son las compañías de tarjetas de crédito. Recientemente, los minoristas han denunciado a Visa y Mastercard por haber subido las tarifas de las transacciones, a pesar de que sus costes no se han visto afectados por los problemas de la cadena de suministro o la inflación.