El ejército mexicano detuvo a 167 miembros fuertemente armados de un grupo regional de autodefensa “Pueblos Unidos” con vínculos con varios cárteles de la droga mexicanos, en una de las mayores aprehensiones de la historia de México.
Además de las detenciones llevadas a cabo en Michoacán, las autoridades mexicanas incautaron de más de 200 armas, incluidas varias granadas de mano y lanzagranadas.
Pero la operación no estuvo exenta de consecuencias: Horas después, el grupo secuestró a 25 miembros de la Guardia Nacional de México como represalia, según las autoridades.