Las empresas están estudiando cómo los aviones eléctricos podrían limpiar el transporte aéreo, que representa alrededor del 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Los aviones eléctricos actuales sólo podrían transportar con seguridad unos 50 kilómetros. El factor limitante es que las baterías actuales no tienen la densidad energética necesaria para alimentar ni a los aviones más ligeros.
Las baterías llevan unos 30 años acumulando más energía en espacios más pequeños, y las continuas mejoras podrían ayudar a que los aviones eléctricos se conviertan en una opción más factible para volar. Pero aún no lo han conseguido, y el futuro de los aviones eléctricos dependerá del progreso en esta tecnología.