La forma de hacer bebés podría estar a punto de cambiar.
El embrión se forma cuando el esperma se une al óvulo. Pero, ¿y si pudiéramos empezar con otras células, si una muestra de sangre o una biopsia de piel pudieran transformarse en espermatozoides y óvulos “artificiales”? ¿Y si eso fuera todo lo que se necesita para crear un bebé?
Esa es la promesa de un nuevo enfoque radical de reproducción. Los científicos ya han creado óvulos y espermatozoides artificiales a partir de células de ratón y los han utilizado para crear crías de ratón.
Las células sexuales humanas artificiales son las siguientes, y prometen toda una serie de rutas alternativas radicales para la paternidad, incluyendo el fin de la infertilidad, y permitiendo a las parejas del mismo sexo tener hijos.
El problema es llegar a ese punto y -quizá aún más difícil- desenredar el nudo de cuestiones éticas que surgirán por el camino.