Las empresas automovilísticas están diseñando formas de integrar las pilas de combustible en el chasis de los coches, lo que hará que los vehículos eléctricos sean más baratos, más espaciosos y capaces de alcanzar una autonomía de hasta 620 millas.
El peso es uno de los mayores problemas para los diseñadores e ingenieros de automóviles. Pero, ¿qué pasaría si se pudiera integrar la batería en la estructura del coche, de modo que las celdas pudieran cumplir la doble función de alimentar el vehículo y servir de esqueleto?
Eso es exactamente en lo que están trabajando Tesla y empresas chinas como BYD y CATL.