Y la respuesta: las mariposas.
Sin mariposas, quizá no tendríamos fresas. Polinizan durante el día, recorren grandes distancias y, a diferencia de las abejas, pueden percibir el color. Su color favorito, el rojo, es muy fácil de ver cuando las plantas de fresa empiezan a abrirse.
Mientras que las abejas son polinizadores eficientes y fiables que funcionan como una máquina bien engrasada, las mariposas son viajeras que prefieren las flores grandes y los colores bonitos.