Los defensores quieren que el gobierno permita más inmigración y que considere a esos migrantes “personas protegidas”.

Mientras las sequías, el deterioro de las tierras de cultivo y la subida del nivel del mar empujan a la gente de todo el mundo a abandonar sus hogares, los defensores en Canadá piden al gobierno federal que apoye a los que son -y serán- desplazados por la crisis climática.

En agosto, la Red de Acción por el Clima de Canadá (CAN-Rac), un organismo que agrupa a más de 100 grupos ecologistas de todo el país, envió una carta al Primer Ministro Justin Trudeau y al Ministro de Inmigración Sean Fraser en la que les pedía que concedieran la residencia permanente a los 1.7 millones de inmigrantes que hay en Canadá, incluido medio millón de ellas indocumentadas. Este proceso de “regularización” es clave para la justicia climática, explicó Caroline Brouillette, responsable de política nacional de CAN-Rac.