Los chats de grupo fueron un salvavidas durante el encierro, pero para muchos, los constantes mensajes se han convertido en una distracción opresiva. Salir, sin embargo, no es tan sencillo
La bandeja de entrada cero es un objetivo lejano, tan inalcanzable como ir a la luna.
Pero son los mensajes de WhatsApp, concretamente los chats de grupo de WhatsApp, son los que más distraen.
Si fuera valiente, simplemente saldría de estos chats en cuanto me añaden a ellos; pero siento el peso de la obligación social, y por eso me quedo.
El mes pasado, WhatsApp cedió a la presión pública y anunció que los usuarios podrán salir de los grupos de forma invisible, sin notificar su decisión a los demás miembros.
Los que evitamos los conflictos nos alegramos: ahora, por fin, podemos escabullirnos de los grupos sin ser percibidos como maleducados.